De nombre Matías, sólo 21 años, estudiante universitario, ingenioso pero boludeable, gay. Una de esas personas difíciles; difíciles porque son sinceras; sinceras a punto tal de lograr encantar a mucha gente y de ser odiado con el mismo ahínco por tantos otros. Algunos me dicen "sos maduro", otros tantos me dicen "sos un nabo"; los primeros son los que más me quieren, los segundos los que menos me mienten. De los que aconsejan y no saben aconsejarse: racional para lo ajeno, un pendejo para los problemas propios. Ah, sí, no se me conoció relación seria: no tengo idea de por qué -o, al menos, no por ahora: ya va a haber tiempo-... No seré Brad Pitt, pero tampoco soy Danny De Vito (con todo respeto, claro). Me perdí todas las clases de "sutileza y diplomacia": me mantengo callado al principio pero lamentablemente empeoro con el tiempo.
Sí, ya sé, incluso sin entrar en demasiado detalle soy un pibe bastante complicado.
Sólo te faltó poner "confuso" para engrosar la descripción típica.
ResponderEliminarEl rafranero ya tiene fijado desde tiempos: "consejos vendo, para mí no tengo" ¡por algo será! la sabiduría popular acumulada en la esperiencia...
Por cierto:
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